Luis Barrionuevo es el que dijo que había que "dejar de robar por dos años" para solucionar los problemas económicos de la Argentina durante la época menemista. El mismo que en 2003 quemó urnas en Catamarca porque los resultados electorales no le eran favorables.
Es el mismo Barrionuevo que trató de acomodarse con todos los presidentes de turno, incluido Mauricio Macri, a quien llamó "compañero" y le organizó varios actos y que en los últimos tiempos trata denodadamente de pergeñar estrategias que de por terminada la época de conducción política de Cristina Kirchner.
Es ese marco es que se prestó a ser interventor del PJ Nacional designado por la jueza María Servini y que en esos meses elucubraba un peronismo representado por Juan Manuel de la Sota, Sergio Massa, Miguel Ángel Pichetto y Juan Manuel Urtubey, y que saliera de esos cuatro el candidato a Presidente. La muerte de De la Sota empezó a desarmar esa línea, y los núemrso de las encuestas indican que ninguno de ellos concita la atención necesaria como para llegar a la segunda vuelta si la oposición no se une. Tampoco Sergio Massa, quien tiene como mano derecha, ladera y gurú a Graciela Camaño, la esposa de Barrionuevo. Nada de lo que dice Camaño es desatendido por Massa, quien por el contrario le da a ella no sólo el manejo de la campaña sino también la última palabra. Un tándem al que se sumó Diego Bossio en su zigzagueo político.
En las últimas semanas, el nombre de Roberto Lavagna volvió a resonar con fuerza. Poco cambió desde hace algunos meses cuando Eduardo Duhalde repetía ante los medios, que el ex ministro de Economía debía ser candidato nuevamente. Por ese entonces, Lavagna no sólo lo desestimaba sino que además se mostraba reacio a aparecer en ninguna foto y pegó el faltazo a cada uno de los convites de Duhalde para alguna actividad pública.
Al parecer, la movida se origina entre empresarios y representantes del establishment vernáculo que ven con pavor la posibilidad del regreso de un gobierno peronista de corte "populista" y creen que Lavagna, rodeado del "peronismo dialoguista" sería una solución salomónica.
A esa ola se suma ahora el propio Barrionuevo al afirmar: "Vamos a apoyar a Lavagna", en declaraciones al diario Ámbito Financiero.
El posicionamiento del gremialista se expresará esta semana en el tradicional asado veraniego que ofrecerá en Mar del Plata y del que participarán sindicalistas y dirigentes políticos peronistas.
No obstante, la semana pasada, el secretario general de la CGT Carlos Acuña, alineado con el mismo Barrionuevo, había señalado que apoyará a Sergio Massa en las elecciones nacionales de este año, lo que despierta la sospecha de que en realidad se trata de un nuevo intento de "sumar" al espacio peronista no kirchnerista intentando impedir una posible alianza con Cristina Fernández o al menos, ofreciendo una alternativa para que no sea ella la principal candidata.
La respuesta de Sergio Massa, además, hace presuponer que considera que Lavagna no será finalmente candidato y que en cambio apoyará al tigrense en un nuevo intento de llegar a la Rosada.
Massa confirmó que se reúne con el ex ministro de economía cada 15 días y anticipó que terminarán trabajando juntos: "Yo sé lo que va a hacer Roberto. Pero no voy a ser yo quién lo diga. Tengo la obligación ética y profesional de respetarle a Roberto la decisión de que él diga lo que va a hacer. Yo digo lo que voy a hacer yo (candidato a Presidente)", le dijo a Infobae.
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